Los cursos de marketing viral han proliferado, seguramente tienen a OK Go en uno de sus apartados. El grupo tal vez no hace la mejor música, sin embargo sus integrantes tienen un instinto innato para convertir todo lo que hacen en un éxito viral masivo, pero también ya empiezan a apostar por no hacer las cosas solos y se han aliado con algunas marcas para mantener su visión creativa, por ejemplo el complejo video al estilo de una de las máquinas de Rube Goldberg no hubiera sido posible sin el patrocinio de State Farm.
No hay duda, el grupo es viral, pero recordamos más a OK Go por sus videos más que por su música. Para otros eso es vital, no sirve de nada ser viral y alcanzar el millón de visitas en un video si no te recuerdan por lo que haces, sólo te quedas en el formato del branding rock 'n' Roll y no logras un impacto que se vuelva una verdadera tendencia.
A diferencia de OK Go, que ha contagiado la idea de hacer videos más creativos sin importar la música, Kanye West apostó por lo viral y la idea de que los caramelos convertidos en canciones a todo mundo nos hacen felices, primero para borrar aquellos extraños exabruptos en varias entregas de premios y sus comentarios en Twitter, y en segundo lugar para impulsar el lanzamiento de su nuevo álbum.
Aún cuando todavía no contaba con una fecha de lanzamiento de My Beautiful Dark Twisted Fantasy, Kanye West informó en agosto a través de su cuenta de Twitter que iba a lanzar canciones nuevas y libres de cargos cada semana hasta navidad. West realmente se esforzó, mantuvo los tweets políticamente incorrectos al mínimo y cumplió su promesa con sus G.O.O.D. Music Fridays, nombre que tomó de su propio sello y que generó una gran cantidad de publicidad desde el principio, tanta que tuvo que alargar la promesa de música gratis de diciembre a enero del 2011.
La poca ortodoxa estrategia de West de ofrecer MP3s gratis en las semanas y meses previos al lanzamiento de My Beautiful Dark Twisted Fantasy no sólo se convirtió en un fenómeno viral, también inspiró a otros actos del género a sumarse al concepto. Por ahí Swizz Beatz ya prometió nuevas canciones en sus Monster Mondays; RZA ya está posteando tracks en Wu Wednesdays; y Timbaland planea sus propios Timbo Thursdays. Prácticamente está cubierta toda la semana.
Aunque muchos sellos discográficos han intentado mantener el control de esos caramelos de los cuales les empecé a hablar desde hace muchos meses, la disquera de West, Island Def Jam, no interfirió en los G.O.O.D. Music Fridays, tal vez temieron la campaña, pero comprendieron que a final de cuentas se trataba de vender unidades y el movimiento de Kanye West permitía crear ese furor sin tener que invertir mucho. La idea de Kanye West es sumamente genial, hizo algo que nadie había hecho antes y, en un momento en que parecía ser la persona más odiada en la música, logró crear un estado de excitación por los viernes, la disquera se benefició porque muchos de los mp3 se convirtieron en tracks del álbum.
En total han sido lanzados 14 tracks, algunos de ellos parecían salidos del festival de la colaboración, algo que creó aún mucha mayor expectación: Power fue una remix con Jay-Z, Monster contó con Nicki Minaj, Jay-Z y Rick Ross, See Me Now presentó a West rimando al lado de Beyoncé y Charlie Wilson y Good Friday sorprendió con la aparición de Common, Pusha T, Kid Cudi y Big Sean. Prácticamente toda la crema y nata del hip-hop estuvo presente y los fans respondieron con alegría, posteando y reposteando cada track, haciendo más viral el lanzamiento de My Beautiful Dark Twisted Fantasy.
Cada track colocado en KanyeWest.com se convirtió en una pieza importante de la campaña de marketing y les permitió recabar información del potencial éxito de cada canción tan sólo por la cantidad de descargas. Y la recopilación de información ha funcionado, bastante bien deberíamos de decir, antes de que el disco saliera ya era un éxito, tan grande que hasta se nos olvidó lo pesado que puede ser Kanye West. Ahora tenemos que observar que seguirá cuando acaben los G.O.O.D. Music Fridays. Una de tres, Kanye West aplica el OK Go e intenta ser viral de por vida, vuelve a los tweets de risa o encuentra una nueva forma de mantenernos salivando por nuevos caramelos.
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