jueves, 29 de octubre de 2009

Desnudando al músico huesero


En la jerga del escenario existe un vocablo para denominar (en la mayoría de las veces en el sentido más peyorativo) al instrumentista que, dada su versatilidad y técnica, alquila su oficio artístico a quien se lo pague, sea comercial o eminentemente cultural, ya sea en el Salón México con un danzón, en el Caribe abriéndole con salsa a Óscar de León o haciendo todo el trabajo de fondo de los artistas pop. Afrontémoslo, el huesero es omnipresente.


Pero esta figura del músico comodín mudó de piel recientemente, pasando del estereotipo aquél del trompetista gordito ya entrado en su quinta década de existencia, hábil para los sonidos agudos, diestro en el albur y conocedor de tragos, a un renovado huesero salido de la superior o con estudios truncos en instrumento, en sus plenos veintes, experimentando y cobrando en los moles y ritmos que le pongan de frente. Y es que, si me apresuran, comienzo a desmenuzar el telón gordo y solemne, casi místico, del escenario, del mundo de los músicos en el país. Las bandas que escuchamos en maratónicos conciertos en los ya conocidos macroforos no son precisamente agrupaciones de amigos que, inseparablemente desde su bendita y virtuosa juventud, evolucionaron hasta convertirse en las estrellas del mainstream. Hay excepciones maravillosas, no niego, pero en su mayoría las bandas han apuntalado sus fortalezas rítmicas con un baterista experimentado y ya probado en más de un foro, o un guitarrista experto en distorsiones que antes fue corista de una banda tropical, o uno de esos bajistas estupendos que te arrancan del asiento con un Groove espectacular que, lógicamente y con perdón de los metaleros, no nació de escuchar únicamente las consagradas de AC/DC. Todos somos y conocemos hueseros.


Y permítaseme este espacio para hacer una crónica más o menos fiel de lo que sucede en la escalerita que te lleva al escenario, detrás de las manos y puños alzados, detrás de la reja y los detestables pero necesarios hombres fluorescentes de seguridad: lo que ocurre en las carpas donde se pierde ese vocal rockero que apenas sonríe a lo lejos. No es mi intención, sin embargo, borrar esa parafernalia y misticismo que envuelve al escenario y de la cual todos los músicos somos adictos (aunque algunos lo nieguen y afirmen que ya no sienten cosquillas en las yemas de los dedos a puntito de subirse o que ya sólo tocan por plata).

Prometo solemne no deshonrar el gremio ni disipar el humo exquisito de ser un músico y no un contador (con el perdón) y, a cambio, ofrezco a los lectores que están del otro lado, los que cargan de vibra a las bandas de las que formamos parte, los que moviendo la cadera y la conciencia nos hacen olvidar las tres horas de viaje en una camioneta de la segunda guerra mundial, la lucha perenne con el organizador (o con el manager) para pellizcarle unos billetes y una que otra cerveza, y el fantasma constante de las fallas de sonido que hacen temblar a cualquier ingeniero de sala o monitores.


La vida es mucho más que el rock: les sorprendería la cantidad de músicos que son emblemas de rudeza y rock que comenzaron y se hicieron en géneros ajenos (o no tanto) al beat rocanrolero. Así que no desdeñen la voz del huesero, que está y no está al mismo tiempo, y qué mejor que el tenor de un instrumentista de un aliento madera, sin afán de defender a los colegas metales y arguyendo sólo a la versatilidad de los mismos, para meterlos, con esa pulserita amarilla que abre todo y dice “all acces” o “talento”, al vibrante, volátil, a veces peligrosísimo, crudo y siempre, pero siempre sublime, mundo del arte sonoro. Con perdón, y con permiso, levanten el telón. Vibra caracol.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Reseña: Muse - "The Resistance" (Warner, 2009)



Texto: Pedro Escobar
Fotos: Warner

En medio del entorno catastrofista que caracteriza a las producciones de los últimos años, el nuevo material de Muse sorprende por sus letras esperanzadoras y un sonido contundente y sumamente ambicioso que incluye sinfonías orquestrales.

La temática de las canciones hacen honor al disco, pues apelan al amor como motor de la resistencia contra las pandemias modernas de aquejan al mundo. Cortes como “Uprising” y “Resistance” abordan este tema valiendose de la potente guitarra de Matt Bellamy como vehículo conductor de melodías que al paso de los tracks, van aumentando su complejidad hasta llegar a cortes como “United States of Euroasia” que se permite el lujo de incluir un fragmento del Nocturne No. 2 Opus 9 de Frederic Chopin en su cierre.


La maestría de Bellamy en los teclados también se deja escuchar en “I belong to you”, tema en el que interpreta un fragmento de “Mon Coeur S’ouvre A Toi” de la ópera de “Samsom et Dalila” y que da pie a los tres movimientos finales de la genial “Exogenesis” pieza de carácter sinfónico que demuestra la calidad de la banda, pero también cierta arrogancia de Bellamy al usar una orquesta sinfónica para darle brillo a sus composiciones más ambiciosas. Arrogante o no, Muse ha creado uno de los discos mas propositivos y brillantes en lo que va del año, “The resistance” es una verdadera joya para despedir la primera década del nuevo siglo.


Muse
"The Resistance"
Warner, 2009

Ben Folds: ¿Normal?.... Whatever!



Texto por: Fernando García
Fotos por: Epic Records

Hace más de diez años, en 1997, Benjamin Scott Folds encontraría un modelo de álbum que con el pasar de los años le daría y le quitaría todo: Whatever and Ever Amen.


Es un álbum narrativo, quejumbroso y melancólico. En un disco de Folds, ya sea con su antigua banda Ben Folds Five o en su carrera como solista, hallaremos canciones dedicadas a personajes en situaciones complicadas, en la mitad de predicamentos; usualmente historias epifánicas; ligeros atisbos de realidades que con la imaginación tenemos que completar.

Folds también obedece a ese instinto del rock que a veces quisiera gritar y pararse frente al micrófono de un supermercado para decir un par de verdades acerca de su país. Evadiendo ser pretencioso, abarca lo político y social junto a las cosas más elementales: abandonos amorosos llenos de rabia y humor negro; la reivindicación del nerd que se vuelve contra sus ex–compañeros de secundaria. Algo inesperado es que Folds, siendo un artista muy preocupado por la melodía, no haya llenado sus discos con canciones de amor; cuando aparecen suelen venir de la mano de colaboradores: su ex esposa Anna Goodman o Darren Jessee, baterista de Ben Folds Five.


Estas baladas pueden calificarse de varias formas pero “típicas” no sería el adjetivo adecuado: Magic es un réquiem pop con una letra digna de mirarse de cerca: “You are the magic that holds the sky from the ground” (The Unathorized Biography of Reinhold Meissner, 1999)
Ben Folds no se reinventa y a la vez hace siempre canciones muy particulares. Los suyos son discos fáciles de escuchar superficialmente y me parece que es por esa razón que se han alejado de agrado de los críticos; hay mucha profundidad en las letras de Folds escondida en las palabras más comunes. Es esto a lo que me refiero cuando digo que este modelo le dio y le quito todo; le dio la posibilidad de expresarse como necesitaba pero también hizo de sus discos una puerta falsa, que usualmente abrimos y cerramos sin ver todo lo que hay dentro del cuarto.
Probar mi punto acerca de que Folds sigue un modelo implicaría nombrar cada canción y clasificarla; sería inútil.


Además, reconoceríamos como muchos lo hacemos con nuestras bandas favoritas, ciertos patrones de composición que no son más curiosos que placenteros. Un ejemplo claro serían las canciones iníciales de cualquier disco de Interpol hasta ahora. Será mejor hablar de canciones que puedan despertar la curiosidad: Kalamazoo es cantada por un hombre en el patio de su casa mientras recuerda a una mujer. En esta canción temprana de Folds, aparecerán las características esenciales de su trabajo. “There’s an old joke I’ve just made up / How many of me would it take to screw up your life?” Un sentimentalismo que se escuda en el humor por un momento para después venir con alguna imagen más directa: “your place on the map is fading away/ must have been lost in more than one way”. Fue escrita en 1990.


Kylie from Connecticut es la historia de una mujer que recibe la llamada de su verdadero amor tras 35 años de estar casada con otro hombre; ella no contesta aún. No sabemos nada más. Todo será contado desde Kylie, quien empieza a dudar y a recordar. Una balada poderosa; un vistazo a esta mujer que enamorada no atina a tomar una decisión y lo último que sabemos es que cierra los ojos con el dramatismo de los recuerdos. Viene en Way To Normal, 2008.
El nuevo disco tiene ese tipo de canciones que mencioné al inicio; tristemente, esta vez los contrastes entre canciones son más fuertes. Free Cofee es una mala canción apoyada más en el uso de un pedal de distorsión en un piano acústico que en su composición. Las demás conservan un perfil bajo salvo You Don’t Know Me donde lo acompaña la niña genio Regina Spektor; Effington donde los dioses se burlan de nosotros y nuestros equipos de futbol; la ya mencionada Kylie From Connecticut; Cologne que trata un rompimiento e Hiroshima que es muy simple pero no menos divertida y completa. Como disco, mejoraría mucho si se le quitaran algunas canciones.


Quizás con Way To Normal, Folds ha entrado a la zona de hacer discos para fans. Sin embargo, su don para la melodía y humor característico no lo dejaran pasar desapercibido por nuevos escuchas.

Entrevista con Enjambre

Enjambre
Santa Ana, California EEUU
http://www.myspace.com/enjambre
Texto por: Jonathan Villicaña
Fotos: Cortesía de Enjambre



Desde el sur de nuestro país vecino se forma esta agrupación, ahora quinteto, de en su mayoría originarios de Fresnillo Zacatecas, sin pretensiones producen un sonido orgánicamente armonioso y distorsiones psicodélicas con fuertes influencias de los 70´a. De esta forma se han ido abriendo camino poco a poco dentro de la escena tanto nacional como de EEUU, llegando a compartir escenario con grandes bandas como Café Tacvba y los Aterciopelados. Con dos álbumes grabados, y temporalmente residiendo en México los integrantes de este enjambre Luis Navejas –voz-, Javier Mejia –guitarra-, Rafael Navejas –bajo, coros-, Angel Sanchez –bateria-, y Julian Navejas –guitarra, teclados, coros- platican para Resonancia Magazine un poco acerca de su trayectoria y su visión de la música:


Resonancia Magazine: Para comenzar platíquenos un poco de ¿como inicia enjambre?

Luis: Enjambre empieza a principios del año 2001, Rafa y yo ya estábamos tocando con Angel en Fresnillo antes, hasta que emigramos a los estados unidos. Allá, hicimos la banda enjambre con nuestro primo y decidimos llamarnos enjambre por la similitud de nuestros apellidos –Navejas- al famoso insecto fabricante de miel. Aunque el grupo se torno en algo mas serio cuando, con otros integrantes lanzamos nuestro primer álbum "Consuelo en Domingo" en el 2005. Y ahora con esta nueva alineación añadimos a nuestro hermano Julián, a Javier y al baterista original que conocíamos de Fresnillo, Ángel, y así presentamos nuestro nuevo álbum "El Segundo es Felino"


RM: Cómo individuos ¿Qué es lo que los motiva a hacer música?

Rafa: Inspiración y destreza.

Javier: Es algo que sale natural de nosotros, cuando toco me hace bailar.

Julián:
Es como nuestro hobby en cierta forma, pero también se trata de expresar el feeling que el autor de las canciones quiere tener, entonces se podría decir que el expresarse

Angel: Las manos y los pies, también darle a conocer a la gente nuestra creatividad haciendo lo que nos gusta.

Luis: Lo extraordinario de lo cotidiano, y lo divino de lo mundano


RM: ¿Quienes los influencian musical y líricamente?

Luis: Jeannette, Los Beatles, mi Papá.


RM: Enjambre actualmente ya tiene un estilo propio pero ¿Si tuvieran que conceptualizar su música en palabras como lo harían?

Rafa: Nostalgia rocanrolera.

RM: Ya que han estado presentes y musicalmente de manera activa en ambos países ¿Para Enjambre cuales son las diferencias entre el circuito musical de EEUU y México?

Julián:
Pues los pros de EEUU que he notado es que está mas organizado todo, los contras es que la audiencia es un poco mas difícil, aunque gracias a Dios si tenemos nuestro publiquillo, se nos ha hecho muy difícil tratar de llegarle a los latinos de por allá.

RM: ¿Que están escuchando actualmente?

Javier: Mars Volta, Karen Ann, Flight of the Conchords.

Rafa: Salsa clásica.

Luis: Arctic Monkeys, Flaming Lips, Silvio Rodriguez, Tom Waitts.

Angel:
Led Zeppelin, Incubus, Rage, Los Hermanos, Los Romanticos de Zacatecas

Julian: Radiohead, Creedence, The Bird and the Bee, Blur, los Fabulosos Cadillacs,
Vampire Weekend, Candypop.


RM: Si fueran ejecutivos de un disquera transnacional ¿que harían para mejorar la industria?

Julián: Estamos igual que ellos, no tenemos ni la menor idea.


Después de lanzar su debut, enjambre está de vuelta para presentar su segunda producción, grabada y producida por la banda, El Segundo es Felino nos muestra un viaje por sus influencias a lo largo de 14 tracks, con una gran variación entre si pero sin perder el estilo propio que los caracteriza, te lleva por una montaña rusa musical y de manera sensitiva también, en donde podemos encontrar temas muy al estilo de los principios de los Beatles como “Impacto” ó también puedes bajar a toda velocidad en este carrito musical donde se encuentran temas con influencias de los Ramones -Suspira-, y volvemos a subir lentamente en esta montaña rusa para encontrar temas al puro estilo de los románticos setenteros en “Mania Cardiaca”. Mostrando como con destreza podemos unir nuestras influencias sin la necesidad de caer en una constante repetición o imitación total y de este modo generar un nuevo producto. Actualmente está producción la puedes encontrar en tiendas virtuales como itunes o también directamente en el My Space de la banda lo puedes escuchar en su totalidad.

KOL @ Palacio de los Deportes

Kings Of Leon @ Palacio de los Deportes
Texto por: Jonathan Villicaña
Fotos por: Toni Francois



Todo comenzó unos meses atrás con el anuncio de que la banda oriunda de Tennessee se presentaría en nuestra ciudad, la euforia y el ansia de información para poder obtener boletos oportunamente me invadieron, hoy día es un caos el monopolio del amo de los boletos. Las entradas las pude comprar gracias a internet, aun en preventa.

Tres meses después mientras compartía una tarde con V. en la biblioteca México, ahogados entre diccionarios de filosofía para poder encontrar las interpretaciones de principios cartesianos recibí una llamada de casa que me repetía un mensaje de parte del amo de los boletos “tienes de plazo hasta hoy a las 8 de la noche para recoger tus boletos o serán cancelados”. Abandonamos Balderas para dirigirnos a un almacén departamental a una calle del zócalo con modulo para poder recoger los deseados boletos, que se agotarían un par de días después de la preventa. Después de una larga estancia y haber recorrido media tienda V. y yo teníamos nuestros boletos en mano, listos para disfrutar el recital que se daría el jueves 22 de octubre.



Llegó el jueves, hora a hora se venía acercando el momento de acudir al domo de hierro y V. no daba señales de vida, lo último que supe de ella fue al avisearle que había conseguido pases para el after party un dia antes, pero el saldo de mi teléfono celular se había agotado y ella no daba más señales de vida. Por fin una llamada para arreglarnos y partí en un taxi al recinto donde nadie sabía darme informes de la lista para el pre y after party. Después de un par de vueltas al lugar pude encontrar la información viable y la lista en la cual no figuraban nuestros nombres, hablé con mi contacto quien juró comunicarse para arreglar el problema. Encontré a V. después de dar la mala noticia, accesamos al palacio, había sido una mala semana, después de terminar una larga relación que me había dejado marcado y con un mal sabor de boca, llegué al concierto sin expectativas, casi sin ganas. Después de hacer una larga fila para ingresar a la sección que nos correspondía vimos con asombro la presentación de los teloneros The Features quienes me sorprendieron ampliamente, a pesar de un breve set le dieron con todo, ahí empezó la remembranza de los días de mi niñez en Nashville, el lugar olía a heno y musgo. Acabando de tocar los encargados de calentar los ánimos, una larga espera antecedería los primeros acordes de The Crawl. El ansia por ver a los grandes jóvenes de Tennessee de nuevo en nuestro país había terminado, el Palacio de los Deportes reventando de gente, los gritos, las ilusiones, el deseo, la emoción se sentía en el lugar, King of the rodeo sonaba mostrando el campirano acento y la liguera lengua de Caleb Followill, frontman de la banda. No habían ni pasado cuatro canciones pero se notaba la ligereza con que tocaban al reducir la velocidad en sus interpretaciones, comoes el caso de Molly Chamber´s, su primer gran hit, con el que los conocimos, y que los hiciera venir a esta ciudad para un aniversario de una de las más grandes radiodifusoras que han usado el espacio aéreo de esta ciudad. Canción tras canción es una sucesión de éxitos Ellos agradecen y dicen que es su show más grande para ellos solos, yo me burlo junto con V. al otro día me enteraría que era cierto, han tocado en grandes festivales alrededor del mundo pero para ellos solos, es su más grande concierto. No respetan el setlist y van sacando ases de la manga, canciones no programadas para el concierto, Caleb muy alegre, brinda con tequila ante los miles de espectadores, es momento de Sex on Fire, me quedo en trance, la emoción de estar ahí, la comunión de esta religión que algunos llaman solamente Rock, evoca recuerdos, mueve sensaciones, la lirica de la canción, los corazones rotos, quiero abrazar a alguien V. solo pregunta ¿Qué te pasa? No respondo solo sigo cantando.

Me conmociona ver el foro lleno, las luces, la música, la ausencia de pantallas, el gran sonido. Después de llegar sin expectativa alguna he quedado atónito mientras la banda va saliendo del escenario, nos acercamos al acceso para emprender la huida antes de que la masa nos acorrale, esperamos el encore, suena knocked up, Use somebody, y por ultimo espectacularmente la balada Black Thumbnail. El saldo del concierto 3 lagrimas y un recuerdo que en mi vida no podré borrar.


Archivo del blog

 

© 2009 Fresh Template. Powered by Blogger.

Fresh Template by NdyTeeN.